Jardín Tüskevár

Gergely Tihanyi se graduó originalmente como informático, pero desde joven tuvo claro que no quería vivir y trabajar frente a una pantalla, sino en la naturaleza. Las tierras de la familia, los viñedos de los abuelos y las experiencias de jardinería de la infancia contribuyeron a que, hace más de 10 años, iniciara su propio huerto. La primera plantación de aronia negra la estableció como un pasatiempo, pero hoy en día, junto con su padre, cultivan casi 2 hectáreas, y esto se ha convertido en su profesión a tiempo completo.

El principal enfoque del Jardín Tüskevár es el cultivo y procesamiento sin químicos de frutas del bosque, lo que lo convierte en una verdadera rareza, ya que se basa en variedades de frutas olvidadas o subestimadas del Carpathian Basin. 
Gergő eligió conscientemente plantas que son resistentes y tienen propiedades beneficiosas para la salud. 
¿Por qué? Porque “no lo hacemos solo para vender – nosotros también lo consumimos, lo damos a nuestra familia y amigos.”
En el huerto cultivan rosa mosqueta, cornejo, aronia negra, moras, uvas negras y grosellas negras.
La singularidad del Jardín Tüskevár no solo radica en las variedades de plantas, sino también en su enfoque de procesamiento. Además de trabajar el huerto a mano, las frutas se cosechan manualmente y se procesan frescas: prensándolas para hacer jugos 100% naturales o cocinándolas para crear mermeladas sin azúcar o ligeramente endulzadas, utilizando siempre tecnologías cuidadosas en cada etapa. 
Gergő y su equipo también encontraron soluciones para aprovechar los restos de cáscaras de frutas: se convierten en frutas deshidratadas, harinas o mezclas de té.
Los productos no solo están libres de aditivos, sino que generalmente también son sin azúcar, y el método de procesamiento siempre se adapta a las características específicas de cada fruta. Por ejemplo, la carne densa del cornejo y la rosa mosqueta los convierte en excelentes bases para mermeladas, por lo que no requieren espesantes adicionales. Ambos frutos tienen un sabor más bien ácido, y puedes elegir entre versiones sin azúcar o endulzadas.
Además de las recetas familiares, constantemente experimentan con nuevos sabores y tecnologías, manteniendo siempre los principios del procesamiento artesanal.

Mermelada de rosa mosqueta y cornejo 
Las dos mermeladas icónicas del Jardín Tüskevár son la de rosa mosqueta y la de cornejo, que destacan no solo por su sabor único y característico, sino también por su extraordinario valor nutricional, diferenciándose de las mermeladas de frutas convencionales. Estas no son variedades dulces cultivadas, sino regalos de la naturaleza, que requieren, además de una cuidadosa recolección manual, mucha paciencia y experiencia.
La materia prima de la mermelada de rosa mosqueta se cosecha en su punto óptimo de madurez, seguida de un tratamiento térmico y tamizado para eliminar las semillas, dejando solo la pulpa densa y sedosa de la fruta. El resultado es una mermelada de color naranja oscuro, con un sabor agridulce, naturalmente rica en vitamina C y antioxidantes. Incluso sin añadir gelificantes o pectina, logra una textura perfecta gracias al contenido natural de sólidos de la rosa mosqueta.
La mermelada de cornejo es una rareza: pocas fincas trabajan con esta fruta silvestre, que solo comienza a dar frutos años después de ser plantada. Su sabor es inconfundible: ácido, con ligeros toques de ciruela, y con un bajo contenido de azúcar. La mermelada se elabora en pequeñas cantidades, exclusivamente con cultivos propios, sin aditivos ni conservantes.


Puedes adquirir los productos en:
●    Mercado de Productores de Hévíz
●    Mercado Liliomkert, Káptalantóti