Lago Rojo y Desfiladero de Bicaz

El Lago Rojo se formó en 1837 como resultado de un deslizamiento de tierra, cuando una masa rocosa que se desprendió del lado del Kis-Cohárd bloqueó el valle del arroyo Bicaz. Todavía se pueden ver en el agua los troncos dispersos del bosque de pinos inundado, que ofrecen una vista peculiar y escalofriante, especialmente en las mañanas brumosas. El tono rojizo del lago y la leyenda popular –que vincula su formación con el trágico destino de una joven– aumentan aún más el encanto del lugar.

Hoy en día, el Lago Rojo forma parte del Parque Nacional Hășmaș, por lo que está protegido como área natural. Aunque anteriormente se podía navegar en bote en el lago, desde 2024 se ha prohibido el alquiler de botes debido a la creación de una zona de protección por razones de seguridad relacionadas con el abastecimiento de agua del lago. Nadar y pescar siguen estando prohibidos, pero se ha establecido un nuevo sendero educativo a su alrededor, que presenta de manera interactiva la flora, fauna y características geológicas de la zona.

El sendero que rodea el lago es ideal para paseos tranquilos, descanso y fotografía, mientras los visitantes se conectan directamente con el entorno natural intacto de la región. Los miradores y bancos ofrecen excelentes oportunidades para breves paradas y momentos de reflexión.

El arroyo Bicaz, que fluye desde el Lago Rojo, ha tallado un profundo valle entre las paredes rocosas, creando el Desfiladero de Bicaz, una de las formaciones naturales más espectaculares de los Cárpatos en Rumanía. El cañón tiene unos 5 km de longitud, con paredes verticales de 200–300 metros en algunos tramos, que se pueden recorrer a pie o en vehículo por la carretera.

Entre las partes más impresionantes del desfiladero se encuentran la Puerta del Infierno, la Roca del Altar, el Balcón y la Roca de María. La experiencia se enriquece con la presencia de una ruta de vía ferrata –el “Camino Conmemorativo Wild Ferenc”–, que ofrece una opción de escalada segura pero emocionante para los visitantes más aventureros. Recientemente, también se han instalado cabinas panorámicas y miradores en la zona, desde donde se puede disfrutar de vistas impresionantes del desfiladero y las montañas circundantes.

La visita al Lago Rojo y al Desfiladero de Bicaz es gratuita, pero para proteger la naturaleza, se pide a los visitantes que no se salgan de los senderos marcados y que no perturben la vida silvestre. Es posible estacionar cerca del lago, aunque debido a la popularidad del lugar, puede estar concurrido en temporada alta. Los tramos de carretera que conducen al sitio –especialmente desde Gheorgheni– están sujetos a trabajos de mantenimiento periódicos, por lo que se recomienda consultar el estado de las carreteras antes de viajar.

El desarrollo de la región busca un equilibrio: los servicios –como miradores, senderos educativos o refugios– se integran en el entorno natural, y la gestión del turismo se lleva a cabo en estrecha colaboración entre las comunidades locales y el parque nacional.

El Lago Rojo y el Desfiladero de Bicaz son un destino perfecto para quienes desean combinar la belleza de la naturaleza, la tranquilidad y el senderismo activo. La singular historia geológica, las leyendas, el camino serpenteante entre las rocas y el lago místico ofrecen una experiencia única, todo dentro de un marco sostenible.