5 destinos húngaros donde la sostenibilidad es clave

Miskolc es un ejemplo de cómo un antiguo centro industrial puede reinventarse como una ciudad sostenible. Gracias a la colaboración entre los proveedores locales (Bükki Kör) y la organización turística de la ciudad, numerosos alojamientos y atracciones se han unido al programa Bosque Comestible, que hoy en día está disponible en la ciudad como una variedad de paquetes turísticos.

Además, Avas, el Centro de Visitantes del Parque Szeleta, el Museo del Mar Panónico o el Ferrocarril Forestal Estatal de Lillafüred ofrecen experiencias que apoyan a las comunidades locales mientras minimizan la huella ambiental. Miskolc es la ciudad del Bükk, por lo que presta especial atención al transporte público y a la conservación de la naturaleza.

Bodrogkeresztúr es uno de los pueblos más auténticos de la región vinícola de Tokaj-Hegyalja, declarada Patrimonio de la Humanidad, donde la naturaleza y la cultura van de la mano. Al recorrer las calles del pueblo, no solo se encuentran bodegas históricas y lugares de peregrinación, sino también nidos de cigüeñas blancas: las aves regresan año tras año a las orillas del río Bodrog, indicando la habitabilidad y estabilidad ecológica del entorno. Los programas del pueblo, basados en su conexión con las cigüeñas, han llevado a Bodrogkeresztúr a estar entre los mejores del concurso TOP100 de Green Destinations. 

Los habitantes locales consideran importante proteger los valores naturales: la conservación de las cigüeñas, la agricultura respetuosa con el medio ambiente, los productos locales y el turismo a pequeña escala contribuyen al desarrollo sostenible. Con las herramientas del sistema I-DEST, Bodrogkeresztúr también mide cómo puede ofrecer a los visitantes experiencias que sean auténticas, conscientes del medio ambiente y que fortalezcan la comunidad.

El turismo de bienestar no solo trata de la salud, sino también de la sostenibilidad. La ciudad de Hévíz ha reconocido que la protección de las aguas termales naturales, los hoteles energéticamente eficientes y la gestión consciente de los visitantes son clave para el éxito a largo plazo. Con la ayuda de I-DEST, la ciudad mide y comunica activamente su desempeño en sostenibilidad, permitiendo a los visitantes elegir servicios basados en valores a través de filtros de los ODS.

Alföld Slow no representa una sola localidad, sino una filosofía: turismo lento y centrado en la comunidad en pequeños pueblos. La oferta, desarrollada con la participación de artesanos, productores y anfitriones locales, apoya la economía local mientras permite a los visitantes conectar más profundamente con el paisaje y la cultura. I-DEST aquí ayuda principalmente a medir la participación comunitaria, las cadenas de suministro cortas y los impactos sociales.

El Geoparque Novohrad–Nógrád, reconocido por la UNESCO y el primero en el mundo en ser transfronterizo desde su creación, conecta de manera ejemplar la conservación de valores geológicos con el turismo sostenible. En los últimos años, con el programa GEOfood, la región ha destacado la conexión centenaria entre los valores geológicos y la gastronomía local, apoyando así la preservación de los valores y tradiciones comunitarias locales.

El sistema I-DEST ofrece la posibilidad de que los sitios geológicos, senderos educativos y museos locales funcionen no solo como valores naturales, sino también como valores comunitarios.